Los sindicatos mineros han convocado cuatro días de huelga en la minería por lo que llaman "agresiones" al sector que el Partido Popular comete a través de los Presupuestos Generales del Estado en la reducción de las partidas destinadas a la producción del carbón.
Vienen muy a cuento, ante esta nueva escenificación de la izquierda, las declaraciones que, el pasado mes de febrero, el Eurodiputado Salvador Garriga realizaba sobre este asunto y que se resume en estos puntos:
1.- Los partidos de izquierda en Asturias se han empeñado en engañar a la ciudadanía con sus protestas y propuestas ya que saben perfectamente que la posición común de los 27 estados miembros de la UE, de la CE y del PE, es la de considerar el carbón como parte del mix energético futuro siempre y cuando solucione su carácter contaminante y no existe la menor posibilidad de que esta posición se modifique. Igual de claro, y esto lo saben bien los euro-parlamentarios de izquierda, a quienes no les ha oído protestar, lógicamente, 2018 será el año final de la excepción para las ayudas a la minería.
2.- la leyenda favorita de la izquierda asturiana es considerar a la minería del carbón como una actividad social no rentable que debe ser mantenida a través de un ciclo eterno de subvenciones, ayudas y excepciones a la libre competencia.
3.- Los fondos mineros deberían haberse invertido masivamente en mejorar la organización empresarial, en las tecnologías de extracción baratas y en los proyectos de captura de CO2, pero gastarlos en autopistas, polideportivos y hasta conservatorios musicales en vez de financiar las investigaciones del Instituto del Carbón lo hace todo mucho más difícil.
4.- La izquierda debería analizar el por qué los proyectos más innovadores sobre el uso futuro del carbón están hoy fuera de Asturias junto con nuestros empleos.
2.- la leyenda favorita de la izquierda asturiana es considerar a la minería del carbón como una actividad social no rentable que debe ser mantenida a través de un ciclo eterno de subvenciones, ayudas y excepciones a la libre competencia.
3.- Los fondos mineros deberían haberse invertido masivamente en mejorar la organización empresarial, en las tecnologías de extracción baratas y en los proyectos de captura de CO2, pero gastarlos en autopistas, polideportivos y hasta conservatorios musicales en vez de financiar las investigaciones del Instituto del Carbón lo hace todo mucho más difícil.
4.- La izquierda debería analizar el por qué los proyectos más innovadores sobre el uso futuro del carbón están hoy fuera de Asturias junto con nuestros empleos.
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