
El político debe tener sueldo. Un sueldo digno, como el que percibe cualquier persona que trabaja y que tiene necesidades que satisfacer. Pero también, y por tratarse de servidores del pueblo, elegidos por el pueblo y responsables del bien común del pueblo, deben asumir un compromiso de trabajo a cambio de ese sueldo. Un compromiso de los mejores que ofrezca un camino, un proyecto, y no limitarse a decir al pueblo lo que quiere oír; que trabajen en la política y no que vivan de la política. En definitiva, asumir el mandato ciudadano de gobernar, y de hacer oposición también, no sólo para realizar una mera y automática ejecución de la ley, sino para dirigir la comunidad política en orden al bien común.
¿Cuánto sueldo debe tener un político?. No cabe duda que el cargo público asume una alta responsabilidad, ejecutiva, legislativa, representativa y legal del pueblo y para el pueblo. Por ello, la cuestión está en determinar donde se acaba la dignidad del sueldo, que se propugna en estas líneas para el político, y donde empieza la inmoralidad de ese sueldo que percibe. Salario digno esta en el que político perciba en su trabajo de la "vida civil". Ni un euro más. La inmoralidad empieza cuando uno, por dedicarse a la política, triplica su salario, se sube el sueldo por encima de lo que sube el del común de los mortales o se equipara al funcionario de mas rango de la administración a la que representa. Esto no es caro ni barato, como algunos quieren hacernos ver, es una inmoralidad.
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